"A
María no le gusta mi leche!", Declara la joven madre. "No debe ser lo
suficientemente buena para ella. Creo que es tiempo de darle la fórmula. "
Sus
palabras sorprenden a la enfermera de la clínica. Maria, con cuatro semanas de
edad, había recuperado su peso al nacer en tan sólo diez días y estaba
creciendo velozmente, a una onza por día. Veo sus mejillas se empezaban a
llenar, y ella está ensuciando sus pañales que da gusto. ¿Por qué esta pensando
que su madre que la lactancia va mal?
"Ella
no parece satisfecha", explica la madre de María. Después de un profundo
suspiro, esta joven madre agrega: "y ella parece estar mas fastidiada esta
semana".
Cuando
fue con el bebé a las dos semanas para pesarla, la enfermera le había dicho que
todo iba bien con la lactancia. El bebé estaba agarrándose muy bien, se podía
escuchar como tragaba la leche. El papá llevaba
un registro cuidadoso de pañales mojados y las heces. Pero la mamá de María se
está dando cuenta de algunos comportamientos, no relacionados con la
alimentación, que la estaban
preocupando, haciéndola pensar que ella tenía una producción de leche
insuficiente.
Las
investigaciones sobre la lactancia materna nos demuestran que las
preocupaciones de esta madre son comunes. Estas investigación muestra que una
madre le vigilará de cerca para ver si su bebé se pone en un estado de alerta y
la mirará profundamente a los ojos. Ella
se dará cuenta si ella es capaz de calmar a su bebé con eficacia, y se sentirá
mal si su bebé está irritable o difícil de consolar.
La
enfermera se apresura a entender las necesidades de la madre, por lo que ella
comenta con entusiasmo, "¡Ella se ve tan feliz contigo! Cuando usted habla
con su bebé, se le relaja la frente, sus ojos se abren, y las cejas suben.
"Un momento más tarde, continúa," Cuando usted habla, levanta la cara
hacia la suya y mueve sus brazos en círculos suaves sobre su cabeza- casi como
si estuviera bailando con usted. "
Entonces
la enfermera invita a la madre a ver a María jugar algunos juegos infantiles “La joven madre sonríe y le entrega su bebé a
la enfermera. La enfermera la balancea suavemente para llevarla a un estado lo
más atenta posible, "El Estado de alerta" Los ojos de la bebé aclaran
y mira fijamente al cascabel rojo que
tenía la enfermera a unos 20cm de su cara. A medida que la enfermera lentamente
mueve el cascabel, los ojos de la bebé sigue con atención el juguete de un lado
al otro. La mamá se sonríe y dice “creo que es muy inteligente”
Mientras
cargaba a María cerca de la cara de su madre, la enfermera alenta a la joven
madre a llamar el nombre de su bebé. Al principio cuando escucha la voz de su
madre se queda quieta, y luego sus ojos parecían moverse haia su madre. La madre está encantada al ver que su hija movió
su cabeza hacia la dirección de su madre y luego se da cuenta cómo sus ojos se
clavan en una mirada entrañable. Con una gran sonrisa la mamá de María coge a
la bebé de las manos de la enfermera y acurruca su cabeza en el pliegue del
cuello suave del bebé. La madre se lleva una de sus manos a su pecho para
suprimir la inesperada bajada de leche.
Después
de haber aprendido más acerca de las maravillosas habilidades de María, su
madre parece relajarse. Ahora es más fácil para ella escuchar los comentarios
tranquilizadores de la enfermera mientras discuten comportamientos en los
cuales el bebé se muestran inquieto, los cuales son normales (que comienzan
alrededor de las dos semanas de edad) y cómo calmar a un bebé.
Tres
meses más tarde, la mamá de María es una estrella de la lactancia materna y una
defensora para las otras madres. Una tarde, vino a clase de lactancia de la enfermera para
discutir los desafíos y alegrías de la lactancia materna. Abrazando a su bebé,
ella comenta "¡No sólo cuenten los pañales mojados y sucios. Conozca las
increíbles habilidades de su recién nacido y usted sabrá a ciencia cierta que
la leche materna es perfecta!"